“Mi llamado al diálogo siempre ha sido auténtico y lo he demostrado… se lo digo a los dirigentes de la oposición y al país en su conjunto, a los trabajadores, a los empresarios, a los intelectuales, a los jóvenes estudiantes… los actores políticos tenemos que tener la responsabilidad de jugar dentro de los límites del tablero…”
Hugo Chávez Frías
La conmemoración de los 100 años de la Gran Revolución Rusa, fue propicia para reafirmar el carácter antimperialista, y por tanto inalterablemente socialista de la revolución venezolana. La del socialismo “bolivariano”, “del siglo XXI” o “indo-americano”.
Ante la actual voraz crisis política, social y económica del capitalismo rentístico y dependiente, propias de ese modelo y, en buena medida, acelerada y acrecentada por la “guerra de amplio espectro” imperialista; se ha generado la depauperación de los niveles de vida alcanzados por nuestra revolución en sus anteriores etapas. Pero el camino para su superación no puede ser el mantenimiento de dicho modelo, con “mejor” y más capitalismo, intentando justificar el fracaso del mismo, con los errores (que los hay, y bastantes) cometidos en nuestra joven revolución. Por mucho maquillaje que le echemos al vetusto capitalismo, para hacerlo “humano” y/o adecuado para el “desarrollo nacional”, él es intrínsecamente inhumano y antinacional.
Como siempre dijo nuestro Comandante Chávez, toda revolución, para ser verdadera, debe ser de carácter profundamente popular, democrático, antimperialista, socialista, e indeleblemente ético. De ahí la importancia de entender, que superar los problemas y dificultades en la coyuntura actual, no puede ser bajo cualquier orientación económica, política o social; y que cualquier medida correctiva
debe ser precedida de la ética bolivariana, la “ética Aristotélica”, que prevé que las decisiones para ser éticas, deben ser tomadas para “producir la mayor felicidad posible”; y no con la lógica capitalista, para el bien -material o espiritual-, individual o de grupos, exclusivos y/o excluyentes, para la acumulación capitalista. Deben ser para el socialismo, porque ya lo decía Albert Einstein: “…el socialismo está guiado hacia un fin ético-social”.
Bajo estos preceptos, desde la Presidencia de la República, hemos señalado la importancia de dar un gran debate nacional con los consejos comunales y las comunas, para profundizar el carácter socialista y comunal de los CLAP.
“Los CLAP tienen que ser una gran revolución comunera dentro del barrio”. Debemos conformar el plan de transformación socialista de estas instancias de organización popular.
Los CLAP deben trascender el área de la distribución, mejorando y optimizando lo logrado para contribuir en la derrota de la guerra económica, abordando la dimensión del socialismo en lo político, económico, social, territorial y cultural, desde la producción y distribución social en la comuna, con el Plan de la Patria.
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Tomado de la REVISTA No.55 / 19 de noviembre de 2017. Comité Local de Abastecimiento y Producción
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