miércoles, 31 de mayo de 2017

Los CLAP con la Constituyente, por la soberanía y la paz


Analizando el desarrollo acelerado y violento de los acontecimientos sociales, económicos y políticos de estos últimos años, pero particularmente de estas últimas semanas de abril y mayo, confirmamos de manera recurrente la participación de un sector oposicionista, manejado por apátridas, de clara estirpe fascista, que sin proyecto o propuesta alguna, generan oposición irracional a cuanto planteamiento democrático creador se haga, para superar la crisis del modelo capitalista rentístico petrolero. Este es un claro sabotaje cuya aviesa y única intención es asaltar el poder y rendirlo a las corporaciones transnacionales norteamericanas, desapareciendo el ejemplo popular bolivariano. Con terror, tratan de imponer el Monroísmo.

 Esto no es un hecho inédito, en la historia siempre ha sido así. Cada vez que los sectores pudientes capitalistas ven en peligro el dominio de un territorio vital -estratégico o no- para la reproducción del capital local e internacional dominante, recurren al fascismo y procuran la intervención y apoyo internacional de todas las fuerzas disponibles, para ahogar cualquier experiencia liberadora de los pueblos, y restaurar su dominación imperial de clase, a sangre y fuego.

Eso pasó con los terratenientes, oligarcas y burgueses alzados contra la República española en 1936, con una terrible mortandad de más de 600.000 personas, más de 550 muertos diarios, 22 cada hora. También ocurrió en la Chile del mártir Allende, luego del criminal golpe imperial con su sicario Pinochet.

Cuando lo requiere el imperio dominante, aun sin contar con mayor fuerza interna de los sectores reaccionarios, interviene directamente a través de su propia armada, sin mayores contemplaciones. Así lo han hecho cientos de veces. En Nuestra América: en 1954 en Guatemala; en 1965 en República Dominicana; en 1983 con Granada; en 1989 en Panamá; en el 2004 en Haití con la invasión y secuestro del presidente Jean-Bertrand Aristide; y en el 2009 en Honduras con el golpe y secuestro del presidente Manuel Celaya.

Ante la violencia eminentemente terrorista, para imponer su asalto al poder, enarbolaremos nuevamente las banderas de la paz. Porque la misma no nos llevará a una guerra civil-militar como la de España. Impondremos la paz, defendiendo la soberanía, con la fuerza de la mayoría expresada en el voto directo y secreto constituyente de todos los sectores políticos, económicos y sociales, en unidad cívico-militar. Exigiendo el cumplimiento de la ley, en diálogo nacional, frente a la muerte y la intolerancia fascista. Movilizados en Constituyente con los CLAP.

¡Todos por la Constituyente! 










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Tomado de la REVISTA No. 30 / 14 de mayo de 2017. Comité Local de Abastecimiento y Producción





CLAP 


Foto: Luis Duarte

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