«Avancemos con los cultivos en la ciudad, en cualquier espacio disponible y adecuado vamos a empezar a sembrar tomates, pimentones, papas, cebollín y frutas para bajar los altos costos de la comida».
Hugo Chávez Frías
Si algo resultó obvio, luego
de los contundentes
resultados de las elecciones
para la Asamblea Nacional
Constituyente el 30 de julio de
2017, es que el chavismo es la
fuerza político-social mayoritaria
del país. Así, en paz, a pesar de
grandes costos y “heridas de
guerra”, derrumbamos el mito
mediático, la gran mentira
construida por ellos, de que la
derecha era mayoría. Supuesta
verdad reenterrada con las
elecciones de gobernadores y
alcaldes, en las que las fuerzas
bolivarianas lograron 18 de
23 gobernaciones, y en las
municipales, 308 de las 350
alcaldía en disputa.
El cuento posterior a los
triunfos bolivarianos, junto a
la estruendosa derrota de la
violencia opositora pitiyanqui del
año 2017, y particularmente en
lo que va del 2018, es el de una
derecha fascista zombie que
deambula por el mundo, para
convertir la falacia, ya desmentida
de que son mayoría, en un
gobierno impuesto (no electo)
desde el extranjero, suponemos
con apoyo de una “fuerza espontánea”
(inexistente), surgida de
una población mayoritariamente
acosada, extenuada y obstinada
de la guerra económica, que
otra vez confundida -como con
las elecciones de 2015 con la
oferta de “la última cola”-, les
permita retomar el camino del
asalto violento al poder, con un
hipotético pueblo que vuelva a
respaldar a sus verdugos, o se
abstenga ante más agresiones
de sus hambreadores.
La derecha fascista opositora
quedó tan, pero tan mal, que ahora
toda “importante declaración”
la hace directamente el
Secretario del Tesoro de EE.UU..., funcionarios del Departamento de
Estado…, el supuesto Alto Comisionado de las Naciones Unidas
(ONU)…, o el Senador de USA por el estado de Nueva Jersey ..., o
el Jefe de Estado de la hermana
República de Colombia...; o sea
cualquiera, menos un “dirigente”
opositor que tenga algo que decir
a favor o en defensa del país y su
gente.
Lo anterior no es para
alegrarnos o confiarnos, al
contrario debe reforzar nuestra
alerta y preocupación, por lo
peligroso que es exhibir a un
imperio incapaz de doblegar la
férrea voluntad y reciedumbre
del firme Pueblo Bolivariano,
evidenciándolos cada vez más
desesperados y criminales, al
no poder “torcernos el brazo”
para que seamos “obedientes”;
y después del 20 de mayo, si
no garantizamos una amplia y
rutilante Victoria Revolucionaria,
sea más difícil frenar nuevas
tretas retaliadoras.
Esta patética realidad
opositora nos obliga a reforzar
la movilización y organización
cívico-militar, la de los partidos
del Gran Polo Patriótico y de los
movimientos populares, para
preservar los logros tangibles
del Pueblo en Revolución, con
un mayoritario y contundente
triunfo del presidente Nicolás
Maduro.
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Tomado de la REVISTA No 70 / 29 de Abril de 2018. Comité Local de Abastecimiento y Producción
Foto: Luis Duarte. Serie Pueblo en la Calle, 2018
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