Con la estrategia de los EEUU., de amenaza a nuestro pequeño, modesto y muy digno país con una confrontación armada directa, se evidenció, una vez más, que los dueños del circo criminal opositor, son los yanquis asesinos, sin obviar responsabilidad alguna de la parasitaria oligárquica local, con sus partidos y/o facciones volcados al mortífero asalto gubernamental fascista.
Son los mismos que han intervenido y bombardeado cientos de países. Solo contabilizando los agredidos directamente suman más de 70, siendo algunos de ellos invadidos hasta 15 veces, generando en total 1.300 millones de muertes, solo durante el periodo de 1950-2005, según la ONU. Todo esto, sin tomar en cuenta, las múltiples desestabilizaciones promovidas por Estados Unidos.
Mientras el continente repudia la intervención militar yanqui, la derecha cipaya se niega a condenarla, con su apátrida lógica: “si la realidad se adapta a nuestra visión, bienvenida sea; si no, peor para ella”.
Cuando vimos al vicepresidente yanqui Pence, de gira neocolonial por el continente, haciendo “control de daños”, ante las condenadas declaraciones guerreristas del desquiciado Trump contra Venezuela, observamos que EE.UU. “se propone salvar a la región de los Estados fallidos y las dictaduras…porque eso es lo correcto” (tal como sentenció Pence en Colombia). Para ello, procurará reforzar las democracias neoliberales y los Estados criminales (como México o Colombia) que sí se presentan como una garantía para la “estabilidad regional” y la seguridad de EEUU., condición fundamental para la salud de los negocios y de una política solo capaz de operar por y para los mercados, mientras fustiga a Venezuela como Estado fallido y/o forajido, por soberano, y contrario a la máxima neoliberal de la Thatcher, y luego de Reagan, conocida bajo el acrónimo TINA: “There is no alternative” (“no hay alternativa”), para eternizar la dominación y expoliación de Nuestra América.
Desde los CLAP, y con el poder popular constituyente, la alternativa es blindar la soberanía hacia el socialismo, para: 1) Fortalecer y concretar nuestro protagonismo en la unidad cívico-militar, con la “Nueva Doctrina Militar Bolivariana”, para la “guerra de todo el pueblo”, en la defensa integral de la nación; 2) Avanzar y consolidar nuevas formas de distribución y producción, en comunas, contra la guerra económica oligárquica-imperial; y 3) Articular con los 20.000 nuevos empleos del Plan Chamba Juvenil, a disposición del Minppau, la formación e inserción de esos jóvenes en el área productiva, imbricados con las comunas.
¡Venceremos!
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Tomado de la REVISTA No. 44 / 27 de agosto de 2017. Comité Local de Abastecimiento y Producción
CLAP #LaRevolucionNoTieneFronteras
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Foto: Luis Duarte